El correntino recordó la obtención de la medalla de oro en aquellos Juegos Olímpicos de Londres 2012. Reconoció que cada 10 de agosto son días “nostálgicos” y confesó quien guarda esa presea tan buscada.

Hace 8 años, el deporte argentino vivía su momento más importante en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 cuando el Sebastián Crismanich vencía al español Nicolás García Hemme en la final, por un apretado 1-0, y se quedaba con la medalla de oro en Taekwondo en la categoría hasta 80 kilos. Fue la única dorada de la delegación nacional en esa cita olímpica.

Recordando aquella gesta, confesó que “es un día muy nostálgico, lleno de emociones, de recuerdos, de vivencias y de cosas lindas que dejó no solo el día de conseguir ese sueño sino toda la carrera para poder llegar ahí”, según le dijo a La Red Deportiva (107.1 MHZ).

Inmediatamente recordó lo que fue todo ese día en el que pretendía “mantener una cierta calma, por lo que le dije a mi equipo que me iba a manejar solo”, expresó para luego relatar esa final ante el español –lesión mediante- que culminó con un sapucay muy fuerte en el estadio de Londres.

“Fue una final en la que cada uno llegó con un planteo de juego exclusivo para el otro. Yo lo tenía estudiado y él a mí, habíamos peleado tres años antes en otra competencia donde pude sacar más ventaja. Por obvias razones cambió su planteo y se me hizo difícil conectar un punto a un atleta tan experimentado, con mucho pasado, mucho presente y mucho futuro como siempre lo demostró”, recordó.

Agregando que por la lesión que padecía “terminó como una película. Son cosas que se fueron dando de esa manera, creo que le dan un valor agregado. Para ese día habíamos agregado un vendaje bastante rígido porque teníamos que cuidar esa fisura que tenía en el peroné para que no se convierta en fractura porque eso iba a sacarme de la competencia. Por suerte aguantó casi hasta el final que terminó explotando el peroné y terminó convirtiéndose en fractura. Ya quedaba poco tiempo y con la adrenalina y la concentración pudo ser llevadero”.

El recuerdo sobre el momento en el que subió al podio “es algo difícil de explicarlo bien porque por momentos sentía que estaba pasando, y por momentos sentía que el miedo a que fuese un sueño me ponía un freno a no querer pasarme de emociones. Me acuerdo estar apoyado en una pared –previo a salir al podio- me toca el italiano que salió tercero ‘creélo que sos campeón olímpico’… entonces me di cuenta que estaba teniendo una conversación interna sobre si estaba sucediendo, si iba ‘a sonar la alarma’, y así fue durante muchos meses, de costar caer en la realidad que había logrado lo que toda la vida me propuse. Me costó asimilarlo”.

Más allá de haber tocado el cielo con las manos, reconoció que volvió “a ver la final pero no es algo a lo que recurra siempre (…) trato de evitar pasar por esos recuerdos. Hoy me llené de actividades porque iba a ser un día emotivo, cada 10 de agosto es más que mi cumpleaños, más que cualquier cosa, el momento más importante que he vivido en mi vida. Me pasa lo mismo con la medalla: en los primeros meses lo usé para infundir motivación en muchos, en jóvenes, en chicos, tratar de mostrarles que sí se puede; que se puede desde el Interior lograr los sueños con mucho esfuerzo pero no es algo que esté acostumbrado a volver a verlo. De hecho no tengo guardada la medalla, que no la vuelva a ver nunca más”.

La medalla la tienen los padres porque “fue como decirles ‘acá está en lo que siempre creíste y apoyaste’, más que nada a mi mamá y a mi papá. Es el producto que –de alguna manera- crearon ellos y la guardan ellos. Si alguien viene de afuera a querer verlo tienen que ir a buscarla allá. No la vuelvo a agarrar. Quizás la vuelva a agarrar pero me genera muchas cosas que -de alguna u otra manera- uno la oculta de uno de mismo. Saber que está presente porque es parte de lo que soy, de lo que fui y de lo que voy a hacer, entonces está todos los días de mi vida”.

En el presente, este campeón olímpico trabaja “en el centro, que es la cuna de sueños por cumplirse. Podemos tener taekwondo olímpico, karate olímpico, levantamiento olímpico, kick boxing que va a entrar como demostración en Tokio. Queremos que sea un lugar donde uno pueda desarrollar una vida representando a su ciudad, su Provincia, aspirar a llegar a la selección para representarnos. Además estoy trabajando en la detección de talentos en todo el país con un programa que se llama ‘sembrando sueños’”.