La jugadora nacida en Santa Lucía dialogó esta tarde con La Red Corrientes a través de Instagram Live y allí destacó la presencia de la Provincia en la Liga Nacional a través del básquet femenino. Habló de sus inicios, su carrera y éste presente sin actividad en todo el país.

Micaela Piazza es una de las jugadoras que conformará el plantel de Corrientes Básquet para disputar la Liga Nacional Femenina que, al igual que todo el ámbito del deporte- se mantiene sin actividad debido al COVID-19.

Desde su casa en Santa Lucía, esta pivote y Licenciada en Nutrición que ya jugó en Hindú de Resistencia el torneo mayor (2017), charló con La Red Corrientes a través de Instagram Live y realizó un repaso de su camino en el básquet.

“La cuarentena me tomó por sorpresa porque ya teníamos todo listo para ir a Corrientes a instalarnos. Un día antes nos avisaron que nos quedemos en casa por el coronavirus”, recordó mientras contó que es “licenciada en nutrición, por lo que en este tiempo trato de estudiar y entrenar; y los domingos me tomo libre”, en sus primeras palabras con La Red.

Desde ese momento “estoy en casa, en Santa Lucía. Tengo un espacio amplio para hacer actividad física y tengo un aro de básquet para no perder el ritmo”, mencionó, advirtiendo que “todo se hace muy monótono y los que estamos acostumbrados a entrenar, al roce, por ahí te influye en lo psicológico”.

Su pueblo, “desde que estamos en cuarentena” cumple con las medidas establecidas. Es más, “el Intendente cerró los accesos. Hay uno solo, con los controles necesarios de la gente que ingresa. Santa Lucía es una zona de campo, la gente tiene que salir para porque se dedica a la horticultura y a la ganadería. No ingresan transportes que no sean de materia prima o alimentos”, afirmó. Además, “es una ciudad tranquila y ahora está mucho más tranquila. La gente está respetando lo que pide el Intendente”.

Sus inicios en el básquet

Su primer club fue el Deportivo Español de Santa Lucía y, según sus palabras, esta pasión se la debe a su mamá ya que “es profesora de educación física, juega al básquet y hace vóley. Estaba como profesora en el club y empecé a ir con ella, así que desde chiquita viví en canchas. La vi jugar y me llamó la atención el básquet. Intenté hacer vóley pero me parecía muy estático”, recordó.

Después, “llegó una edad en la que ya no había chicas que sigan practicando porque no estaba instalado ‘el femenino’ y por eso me fui a Goya. Mi mamá me mandaba en colectivo. Iba a la escuela a la tarde y después me iba a Goya; entrenaba una hora y salía corriendo para volver a tomar el colectivo”. Además, “mi mamá ya conocía al entrenador José Francisco, y por eso fui a ese club: Unión”.

Su “primer contacto con el básquet fue muy lindo. Siempre fui alta así que por eso es como que tenía que jugar al básquet. También me gustaba jugar con varones porque teníamos la misma contextura física. Jugar con chicos era otra competencia”, mencionó.

En sus primeros pasos “siempre estuve acompañada por la familia. Además, el club me hizo parte de su familia y ahí empecé con los torneos de verano. Como era chica, iba de suplente pero pude jugar un par de partidos con mi mamá y eso es muy lindo. Ella todavía juega al básquet de pívot, aunque ahora está lesionada”.

La Liga Nacional

Micaela Piazza también recordó cómo se dio su primera llegada a la Liga Nacional para jugar en Hindú de Resistencia, en 2017. “Muchos años fui parte de la selección correntina en los Juegos Evita, así que desde los 13 empecé a ir a Mar del Plata. Jugué todas las ligas locales en Goya y un torneo en Corrientes”.

Pero “en 2016 participé del Torneo Federal en Unión, y en ese tiempo Villa San Martín de Chaco me invitó a jugar un torneo en Mendoza. Después, ese entrenador quedó en Hindú para dirigir la Liga Nacional, me llamó y con los ojos cerrados dije que sí”.

Justo “ese año empezaba las prácticas profesionales en Goya porque soy Licenciada en Nutrición, y después fue todo un tema poder cambiarme de Facultad y seguir entrenando. Me fui a Corrientes, era todo un cambio pero gracias a Dios pude hacer las dos cosas”, recuerda con orgullo.

La pivote venía de jugar el torneo Provincial y se encontró con otro nivel de competencia. Es más, “era todo muy distinto. Tenía 21 años cuando me llegó la propuesta. Sabía que jugar la Liga Nacional era ser profesional, intentar trabajar de esto. Pasé de entrenar tres veces a la semana a entrenar todos los días, en tres turnos… todo un cambio, muy grande pero muy lindo. En ese equipo había 4 extranjeras más las nacionales que estaban jugando en un nivel muy alto. Terminaba de entrenar y tenía que ir al Hospital de Fontana; volvía, me cambiaba, iba al gimnasio, merendaba y ya me quedaba en el club para el entrenamiento nocturno”.

Pero también era dar un salto de calidad: “del interior de la provincia a jugar la Liga Nacional, cruzarme con chicas de la selección: tener ese roce fue una experiencia muy linda. Estuve cuatro meses, lo que duró la temporada, en Hindú”.

El ámbito internacional

Siempre con la intención de mantenerse en el ruedo, Piazza explicó su paso trunco por el ascenso en la Liga boliviana. Después de Hindú, “cuando terminó la Liga volví a Santa Lucía, en 2018 jugué en Unión de Goya y me recibí. En 2019 recibí una oferta y dije que sí, era la primera vez que iba a jugar afuera. Era para un club de Potosí, pero días antes que comience se suspendió el ascenso y no se pudo jugar. Entonces nos volvimos después de un mes y medio. Íbamos a jugar 6 equipos y después se empezaron a bajar los equipos”.

Luego surgió la posibilidad de ir a jugar un Provincial a Olavarría que se convirtió en algo más. “Cuando volví de Bolivia no sabía qué iba a hacer. Entonces salió lo de Olavarría para jugar un Provincial por un lugar en el Federal. Quedamos terceras, había ido con Sofía Cabrera, otra correntina que juega en ‘Las Mil’, y fue una experiencia muy linda. Fue un club muy lindo, nos trataron muy bien y fue la primera vez que fui tanto tiempo fuera de casa. Cuando terminó el Provincial volví a casa pero a la semana me llamaron porque íbamos a jugar el Federal así que preparé mi bolso”.

Estar lejos de su casa no era fácil pero también la ayudó para madurar en lo personal: “sin dudas, uno aprende al estar lejos. Estando en Olavarría no estuve para el día del padre o el día de la madre… uno aprenda a convivir con eso y gracias a la tecnología una está cerca”.

Corrientes da el paso al profesionalismo

Cuando “terminó el torneo Federal, otra vez terminamos terceras, me volví para Corrientes y mi idea era jugar Liga Nacional. Cuando nos enteramos que la provincia iba a tener un equipo fue una alegría enorme, pero sin saber que iba a formar parte del equipo. Ya había ido a un Campus en Regatas en 2019, el técnico algo vio y cuando pude cerrar con Corrientes me puse muy feliz por poder representar a mi Provincia”.

Lo primero que hizo fue “contarle a mi familia y a mis amigas. Me voy a quedar cerca de casa ahora, se los conté a ellas primero y luego en las redes sociales”.

Además de la oportunidad de jugar en el alto nivel y cerca de su casa, lo que valora Micaela es que “se va a fomentar el básquet femenino en Corrientes. Hay muchas chicas jugando en Corrientes. Tenemos poca competencia, y en el interior, en la Liga de Goya, ya nos conocemos mucho y nos cuesta movilizarnos para ir a torneos en la parte económica. Siempre el femenino, en los clubes, la tiene que remar. Llevar el ritmo de competencia es muy fructífero, y las chicas saben que si se preparan pueden aspirar a jugar”.

Respecto del futuro inmediato, la AdC negó la cancelación de los torneos, Piazza sabe que hoy “es una incertidumbre muy grande saber qué va a pasar. En los medios dicen que la Pandemia va a pasar en mayo, junio… no se sabe, queremos que alguien nos diga cuándo pero también sabemos que antes está la salud de todos”.

El equipo ni siquiera llegó a entrenar ya que luego de la presentación del torneo en Buenos Aires todo se frenó por la Pandemia. Por eso también se lamentó ya que “al ser un club nuevo, somos chicas de distintos clubes y no llegamos a entrenar juntar ni conocernos pero estamos conectadas a través del Whatsapp”. Con la que sí se conoce es con Sofía Cabrera con quien “siempre jugué en selecciones correntinas, en Villa San Martín y en Ferro”.

Sobre sus expectativas, destacó que “son las más altas pero sabemos que nos va a costar porque somos un club nuevo. Ensamblar un equipo lleva tiempo, pero siempre con las mejores expectativas. Es un proceso y se busca que a futuro Corrientes no deje de participar en la Liga femenina. Ahora sí hay un incentivo: hay un club cerca adonde puedo ir a probarme”, ejemplificó sobre lo que significará para las chicas que practican este deporte.

Antes de la cuarentena, la presentación del torneo “se realizó en Vicente López, estuvieron muchas chicas de todos los clubes, nos conocemos todas. Fue una actividad muy linda y tuvo mucha difusión que es lo que el básquet femenino necesita. Cuesta que la gente mire, que vaya a la cancha, pero si no hay difusión es más difícil”, recalcó.

Ahora “estamos por el camino correcto pero falta más. Falta que se dé a conocer lo que hacen las chicas, que se transmitan partidos en la tele para que la gente conozca que se juega, que hay nivel en Argentina y que se puede llegar lejos”. Ya en el final destacó algunos nombres en los que se fija para mejorar su juego pero recordó que “mi mamá va primera, es la que me inculcó todo”, y en materia de agradecimientos, se acordó del entrenador “José Francisco: después de mi mamá fue el que me tuvo de jugadora. Sigue estando en Unión de Goya. Se puso muy contento, y siempre me dice que vuelva cuando quiera”.