En comunicación con “Abierto a la Tarde”, Sonia Gracia, directora de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación destacó la importancia de la finalización de los estudios primarios y secundarios en los adultos mayores.

“Se le complicó a todo el mundo llegar a la educación en pandemia , los adultos con mayores dificultades porque  los estudiantes son padres de familia,  y a lo mejor en esa casa hay un solo aparato y hay que compartirlo, pero con buena voluntad se puede salir adelante.  El programa Fines tiene 14 mil adultos en toda la provincia,  en lo que va de la alfabetización a la terminalidad de la secundaria,  hemos tenido muy poca deserción, en aquellas localidades  donde los alumnos no se podían conectar, los docentes tuvieron riquísimos recursos para llegar a los estudiantes.  Muchas veces comunicándose a través del teléfono, otras llevando los trabajos hasta los domicilios”, contó.

“Hoy tenemos cerca de 600 terminando el secundario. Estamos contentos con el resultado al que pudimos llegar con  mucho sacrificios de los docentes, los docentes hicieron muchísimo, tal vez nunca tuvieron conectividad pero lograron cosas increíbles”, dijo.

“Muchas veces son objetivos de deseos personales de poder hacer lo que no se pudo hacer los que los mueven a los adultos a finalizar , en otros casos la necesidad. Por ejemplo los soldados ingresan a los regimientos muchas veces sin terminar la primaria y secundaria,  y tienen un tiempo para finalizarlo. Mucha gente tiene aspiraciones para seguir estudiando. No es solo terminar el secundario, aquí hay una continuidad. La gente quiere seguir estudiando”, contó.

“Tenemos muchísimos casos ejemplos en Corrientes. En Colonia Carolina el caso de un hombre que se presentó, fuimos con cooperativas de Ama de Casa y otras para tener un lugar donde puedan finalizar. Allí hubo un hombre de 92 años, él había ido hasta quinto grado y había tenido que dejar la escuela porque en la época de Perón se abolieron las escuelas católicas entonces mucha gente se ofendió y no mando más a sus hijos allí. Este señor no entraba más en el carro de los que llevaban a la escuela pública, ahora está en el secundario. Tiene 94 años. También tenemos una pareja de abuelos de Santa Ana que hicieron la alfabetización, la primaria y secundaria. Los buscaban a las 13 horas en verano e invierno,    con frio o mucho calor, y los viejitos estaban parados en su puertas siempre esperando que los pasen a buscar. Dentro de la educación, la de adultos es la que mayor satisfacción  nos da y vemos que nuestra labor es efectiva”, precisó.

“No es solo un esfuerzo personal sino de la familia, de los hijos, nietos. Hay señoras que vienen con la necesidad de poder aprender a leer y escribir para poder hacer la tarea con sus nietos, hijos. Hay muchísimos casos y estos programas de educación para adultos, es esfuerzo propio y ayuda mutua. Si yo no puedo, el otro me ayuda, no solo es  transmitir conocimientos, sino que trabajamos a través de situación problemáticas. Queremos que estas personas desarrollen el pensamiento crítico  más allá del logro de terminar un sistema educativo, puedan ver cuál es su realidad y cambiarla”, aclaró.