Nacido, criado y crecido en Santiago del Estero, Julio Navarro  científico de 58 años –de acento híbrido y un gran sentido del humor– cursó sus estudios primarios y secundarios en la capital de aquella provincia y luego se mudó a Córdoba para licenciarse y doctorarse en Astronomía. Era tal su pasión por las simulaciones computacionales que, de joven, todas las noches se metía de contrabando en un salón para culminar los experimentos que no lograba concluir durante el día. Como estudiaba en plena dictadura, una vez lo vieron saltar una reja y lo detuvieron por 48 horas. Amante de las empanadas, del folklore y del fútbol, el presente encuentra a este santiagueño como profesor e investigador de la Universidad de Victoria (Canadá), desde dónde se ha convertido en una voz internacional autorizada en formación de galaxias, cosmos y materia oscura.

En comunicación con “Abierto a la Tarde”, programa conducido por Teresita Lotero en radio La Red Corrientes, el físico comentó que lo que lo llevo a estudiar el universo fue su pasado en Santiago del Estero, donde recordó esas noches calurosas de verano, cuando se cortaba la luz. Al no haber aire acondicionado, sacaban los catres al patio de su casa y allí emprendía imaginariamente largas observaciones a las estrellas. “Lo que me llamó la atención fue la estética del cielo y el mecanismo de relojería que sugieren leyes en lo profundo que lo controlan, eso quise estudiar astronomía y después puntualmente lo que estudio ahora”, dijo.

“La materia ordinaria son los elementos que están en la tabla periódica, que lo estudiamos junto a la materia ordinaria. Desde el punto de vista cósmico, esa materia es solo de base, la mayor parte de materia es desconocida, la mayor parte de energía es desconocida, podemos hacer mediciones cósmicas de la luz y la energía a medida que se expande. La materia que domina el universo es la materia oscura, que no interacciona con la luz. Es un misterio todavía, hay estudios, experimentos científicos en todo el mundo viendo cómo funciona”, explicó.

Consultado acerca de cuanto falta para develar el misterio de la materia oscura, dijo “no lo sé, sabemos que se están haciendo estudios de todo tipo alrededor del mundo, buenos y malos, pero si lo sabría ya me hubiera ganado el Nobel”, entre risas.

El experto aseguró que está mal decir “te quiero hasta el infinito y más allá” porque “el universo es finito en volumen, porque hay pocas galaxias y es finito en el tiempo porque tiene una cantidad de años desde su nacimiento en el Big Bang, como la  velocidad de la luz es finita uno puede observar solamente una parte del universo”.