En “Abierto a la Tarde”, Ariel Barbouth dialogo con Teresita Lotero y Diego Romero acerca de su emprendimiento en Estados Unidos. El es argentino y puso su negocio gastronómico en el corazón de Nueva York hace 10 años. Este año le toco sortear la  crisis económica provocada por la pandemia del  coronavirus, gracias a la cual tuvo que cerrar todos los locales que tenía y pensar en una idea innovadora con la cual poder vivir. Fue por esto que se le ocurrió  aprovechar las elecciones de este martes para repartir sus empanadas frente a centros de votación y popularizar en Estados Unidos una de las comidas más típicas de la Argentina.

“ Yo estoy con el minuto a minuto con las empanadas, estoy más angustiado que en el final del mundial cuando jugaba Argentina, estamos yendo a las urnas, tenemos 6 mil empanadas buscando filas, ya repartieron 15 mil hoy y nos quedan 15 mil más. Estamos repartiendo así todos los días desde el martes pasado”, dijo por su situación actual.

Recordó que cuando llegaron “teníamos que encontrar la forma de sortear esto. Cuando lo iniciamos, en 2011, nos fue bien, pero la pandemia complicó todo. Hoy con las elecciones logramos ponernos al día, hay una organización que se llama Pizzas a las Urnas, les llame para participar de este sistema democrático, no las tuvimos que donar, nos ayudan al costo”, contó Barbouth en diálogo telefónico.

El proyecto que pensó en un año sabático en Buenos Aires lo  plasmó en “Nuchas”, el negocio que ganó una licitación para comercializar empanadas argentinas en Times Square, en pleno centro de “la Gran Manzana”.

“El nombre ‘Nuchas’ es por ‘nachos’, suena a eso, a algo conocido para el oído estadounidense, que no puede pronunciar la palabra empanadas”, señaló con inocultable orgullo Barbouth mientras describía las peripecias que enfrentó hasta que su empresa facturara -antes de la pandemia- 5 millones de dólares al año. Este crecimiento, con créditos del Estado, les permitió extenderse y empezar a venderle empanadas a varias cadenas importantes de supermercados. “Eso queríamos y funcionó. Quiero que sea un genérico de handheld food (comida de mano), de las comidas del mundo. Qué les digan ‘empañadas’ o como quieran, pero que las coman”, dijo.

“Aprendí a hacer empanadas de Salta, entonces hacemos la tradicional que es la salteña, pero un poco más picante. Vinimos a vivir a en New York y nos gustó. El relleno de la empandas  para nosotros es el mensaje, decidimos que queríamos dar un mensaje al mundo. Hacemos diferentes rellenos que representan al mundo. Igual la que más se vende es la empanada argentina. Quisimos ampliar al mercado y jugamos al mercado”, dijo.

“El 80% de las empresas que abren cierran en un año, y el resto muy pocas sobrevive, estamos pasando relativamente mal porque nuestras tiendas están cerradas, pero la fábrica está trabajando de modo mayorista. Pero tenemos fe. Hacemos todo, la masa a mano y el relleno también, la producción es grande, los repulgues los hacemos a mano. Tratamos de llevar a un lugar donde la gente no estaba esperando. Las empanadas no es un plato muy gourmet, pero nosotros queremos que la gente coma mejor, con una mejor carne. Todas las empanadas son al horno, sin hormonas, lo más natural posible”, contó.

“Salimos muy poco acá, tratamos de cuidarnos mucho, mi esposa esta en Argentina. La seguimos peleando”, aseguró.