El convicto Juan Eduardo Encinas fue recapturado a nueve días de su fuga de la alcaidía de San Luis del Palmar. La Policía lo sorprendió mientras dormía en un domicilio del capitalino barrio San Antonio Oeste. Su cómplice, Darío Alejandro Beo, había sido detenido antes.
Juan Eduardo “Guanaco” Encinas fue recapturado ayer a nueve días de su fuga de la Unidad Penitenciaria de San Luis del Palmar.
En un mega operativo policial lo sorprendieron mientras dormía en la casa de una mujer, donde consiguió refugio después de estar escondido en otro lugar.
En el operativo las autoridades demoraron a dos mujeres y a un hombre, sospechados de ser quienes el jueves 12 de marzo ayudaron a Encinas a escapar a plena luz del día.
Aquella jornada junto a él también huyó Darío Alejandro Beo, a quien el viernes 13 a la tarde fue capturado en un campo situado a unos 15 kilómetros de la capital.
Ayer, antes del amanecer, efectivos de la comisaría Dirección de Investigación Criminal de la Unidad Regional Uno, junto a detectives del Destacamento San Marcos, con el apoyo de grupos especiales, cercaron la vivienda en calle Los Comechingones al 2900.
Al momento de irrumpir, tanto “Guanaco” como sus acompañantes estaban durmiendo.
“Teníamos la información confirmada de su presencia en ese domicilio; planificamos la forma de proceder y así es que usamos el factor sorpresa”, dijo a época una fuente policial que participó del allanamiento.
Encinas es un convicto considerado como peligroso, quien cumple condena por un homicidio.
“No estaba armado, pero era una posibilidad que tratara de resistirse por eso era fundamental no darle tiempo”, indicó.
Las personas que daban cobijo a Encinas serían imputadas del delito de encubrimiento.
En el domicilio había un automóvil Chevrolet Corsa blanco que, posiblemente, emplearon para “mover” al fugitivo de una zona a otra de la capital.
Se cree que el reo primero estuvo ocultado en una populosa barriada. “Lo rastreamos en los barrios Colombia Granaderos y el San Marcos en los que algunos datos apuntaban a su paradero”, añadió uno de los partícipes de la pesquisa.
Para huir tanto Encinas como Beo utilizaron una escalera de madera. Así consiguieron llegar a lo alto de un muro y desde allí saltar a una casa lindante a la Unidad Penitenciaria, en el pueblo del interior correntino.
En la calle los esperaban personas en al menos dos motocicletas, en las cuales se alejaron por caminos de tierra.
Según datos de vecinos, una mujer participó activamente en ese delito a todas luces “planificado”.
A los pocos minutos empezaron los rastrillajes en toda la zona.
Beo no pudo ir demasiado lejos, ya que el “apoyo” sería solamente para “Guanaco”.
Al día siguiente Beo fue recapturado tras ser visto caminando no muy lejos de la Ruta 5, en un campo privado.
Cuando lo detuvieron estaba cansado, con sed y hambre bajo una temperatura superior a los 40 grados.
Por la evasión fue desplazada la cúpula de esa Unidad dependiente del Servicio Penitenciario Provincial.
La causa para investigar pormenores y responsabilidades prosigue con intervención judicial.