Al iniciar el tiempo santo de la Cuaresma, el Arzobispo pide de manera especial que se intente abandorar “el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales”. Inivta ademas, a que se lea y reflexione sobre el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma de 2019.
Se da inicio hoy, miércoles de cenizas, “a los días en los cuales, mediante una vida de penitencia y conversión, nos preparamos a vivir la solemnidad de la Pascua con alegría y esperanza cristianas. Si la Cuaresma nos invita a mirarnos “hacia adentro” para ver el estado en el que se encuentra nuestra condición de bautizados, es solo para renovar en nosotros el envío misionero de la Pascua y reorientar nuestra mirada “hacia afuera”, hacia la misión”, señala monseñor Andrés Stanovnik.
El Arzobispo hizo hincapié en que este año, esta preparación a la Pascua debería inscribrse en la exhortación del Santo Padre a tomar conciencia de nuestro compromiso como bautizados de ser misioneros de la Buena Noticia. Mencionó en su carta dirigida a los sacerdotes al inicio de este tiempo de Cuaresma, que “el Mes Misionero Extraordinario, al que nos convocó el Santo Padre con ocasión del centenario de la encíclica del papa Benedicto XV Maximum illud, cuya conmemoración se cumple el próximo mes de octubre, nos invita a darle un tono de misión al tiempo cuaresmal”. Para esto, propone que se reflexione sobre el lema del mencionado Mes: “Bautizados y enviados”, junto con el Mensaje que entregó el papa Francisco para la Cuaresma.
Para monseñor Stanovnik, “Bautizados y Enviados” remite inmediatamente a “Discípulos y Misioneros”. Entiende que “no es posible vivir la gracia del bautismo y entrar en un camino de conversión continua, si al mismo tiempo no crecemos en la audacia y fervor misioneros”. Iniciar la Cuaresma en este espíritu, “dispone nuestro ánimo pastoral para responder a la convocatoria que nos hace el Papa, dándole un nuevo impulso a la comunión y a la misión a las comunidades que fueron confiadas a nuestro cuidado pastoral”.
Sobre le mensaje de Cuaresma del Papa, el Arzobispo resalta que el texto es breve, claro y esencial. “Allí muestra cómo una vida vivida en santidad nos une a Dios, fortalece la fraternidad humana, e impacta positivamente sobre la creación. Y, contrariamente, cómo una vida disoluta por el pecado daña todo: interrumpe la filiación con su Creador, la comunión con los otros, y devasta la creación”.
El Arzobispo, hace propia las intenciones del Santo Padre e invita a rezar para pedir “a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión. Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así, acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creación”.