Tras el macabro hallazgo durante la madrugada del 2 de mayo, cuando el cuerpo sin vida de un hombre de 36 años, identificado con el apellido Encinas y oriundo de Colonia Liebig, fue encontrado debajo de un colectivo de larga distancia en la terminal de ómnibus de Gobernador Virasoro. El fiscal Víctor Facundo Daniel Cabral, titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas de Santo Tomé, brindó detalles sobre este insólito y trágico siniestro vial.
La investigación, que inicialmente estuvo a cargo de la Fiscalía y del Juzgado de Garantías de Gobernador Virasoro debido al lugar del hallazgo, pasó a la jurisdicción de Santo Tomé una vez que se determinó que el fatal incidente ocurrió en las inmediaciones de Colonia Liebig. El fiscal Cabral confirmó la imputación del chofer del micro por el delito de homicidio culposo, aunque señaló que el conductor fue liberado tras la evaluación de que no existía peligro procesal.

“La intervención inicial fue de la Fiscalía y del Juzgado de Garantías de Gobernador Virasoro, porque el cuerpo fue hallado en la terminal. Sin embargo, al determinarse que el hecho ocurrió en jurisdicción de Liebig, tomamos competencia nosotros”, explicó el fiscal Cabral, delineando el proceso inicial de la investigación y el cambio de jurisdicción a medida que los detalles del suceso comenzaban a esclarecerse.

Las primeras pesquisas permitieron reconstruir un escenario dantesco. El colectivo de larga distancia, que cubría la ruta desde Colonia Liebig a Gobernador Virasoro, habría impactado contra Encinas en las cercanías de los galpones de la cooperativa Playadito, ubicados en la Ruta Provincial 71. Un hallazgo clave en este punto fue el descubrimiento de la mochila de la víctima junto a manchas de sangre sobre la calzada. Estos elementos se convirtieron en pruebas fundamentales para trazar el recorrido del vehículo y establecer el punto más probable del impacto inicial.

El fiscal Cabral detalló la declaración de los únicos ocupantes del colectivo: el chofer y el guarda. Según sus testimonios, ambos sintieron un golpe mientras transitaban por la ruta, un impacto que atribuyeron a haber pasado sobre un badén o imperfección del asfalto. Tras sentir el golpe, detuvieron la marcha del vehículo y realizaron una inspección visual debajo del colectivo, sin percatarse de nada anormal. Con esta aparente confirmación de que no había ocurrido ningún incidente grave, continuaron su viaje hacia Gobernador Virasoro, sin sospechar la terrible realidad que se ocultaba bajo el chasis del micro.
Fuente: NORTE de Corrientes