En un segundo tiempo a full, San Lorenzo se puso 3-1 arriba pero entró Colmán y en un minuto cambió el partido.

San Lorenzo está sumergido en una situación límite, en la que el mínimo golpe lo empuja aún más hacia el abismo que asoma en un horizonte cercano y una leve mejora lo entusiasma tanto que pierde el foco de la realidad y vuelve a tropezar. Una, dos y tres veces con la misma piedra, con graves desatenciones defensivas y con la esperanza de ser salvado, como tantas veces, por Torrico. Como sucedió con tremenda atajada a Suárez en el final y no había pasado en el 1-0 que regaló el arquero ni en el 2-3, en el que no protegió el primer palo. A este Ciclón devaluado ya no le alcanza ni con una ráfaga -casi utópica- de tres goles en 11 minutos para dar vuelta un resultado que parecía irremontable. Ya es el colmo. El Colmán, en este caso.

Después de un primer tiempo clavado en un fútbol de la década del 80, época en la brilló el talentoso Gallego Insua y en la que la mayoría de los equipos esperaba ordenado en su campo para salir de contra y aprovechar la calidad individual de los volantes ofensivos y/o delanteros, San Lorenzo salió del vestuario transformado para jugar la segunda etapa, con tres cambios que le sumaron control del juego, intensidad, aceleración y contundencia al equipo: Ortigoza asumió la conducción para marcar el camino pese a que arrancó impreciso y con movimientos espesos, la presencia de Braida en la banda izquierda liberó las proyecciones de Fernández Mercau y la potencia de Leguizamón le dieron profundidad.

Así, mientras Arsenal se enfocaba en controlar a Cerutti, la única carta ofensiva de SL hasta ese momento, Fernández Mercau se animó a penetrar en el área en lugar de repetir uno de sus tantos centros sin destino concreto y Navas le cometió un penal (dudoso pese a que fue chequeado por el VAR) que Ortigoza cambió por gol con su reconocida categoría para dejar desparramado al arquero y soltar la pelota hacia la red.

Liga Profesional Argentina / Fecha 03 / Temporada Regular / 14 de Junio – 15:00h. / Darío Herrera / Nuevo Gasómetro

MARTÍN BLOTTO

14/06/2022 14:55 

Actualizado al 14/06/2022 20:08

San Lorenzo está sumergido en una situación límite, en la que el mínimo golpe lo empuja aún más hacia el abismo que asoma en un horizonte cercano y una leve mejora lo entusiasma tanto que pierde el foco de la realidad y vuelve a tropezar. Una, dos y tres veces con la misma piedra, con graves desatenciones defensivas y con la esperanza de ser salvado, como tantas veces, por Torrico. Como sucedió con tremenda atajada a Suárez en el final y no había pasado en el 1-0 que regaló el arquero ni en el 2-3, en el que no protegió el primer palo. A este Ciclón devaluado ya no le alcanza ni con una ráfaga -casi utópica- de tres goles en 11 minutos para dar vuelta un resultado que parecía irremontable. Ya es el colmo. El Colmán, en este caso.Suárez puso en ventaja al Arse

Gol de Suárez (A). San Lorenzo 0 – Arsenal 1. Liga Profesional 2022. Video: ESPN.0 seconds of 40 secondsVolume 0%

Después de un primer tiempo clavado en un fútbol de la década del 80, época en la brilló el talentoso Gallego Insua y en la que la mayoría de los equipos esperaba ordenado en su campo para salir de contra y aprovechar la calidad individual de los volantes ofensivos y/o delanteros, San Lorenzo salió del vestuario transformado para jugar la segunda etapa, con tres cambios que le sumaron control del juego, intensidad, aceleración y contundencia al equipo: Ortigoza asumió la conducción para marcar el camino pese a que arrancó impreciso y con movimientos espesos, la presencia de Braida en la banda izquierda liberó las proyecciones de Fernández Mercau y la potencia de Leguizamón le dieron profundidad.Polémica en el área de Arsenal

San Lorenzo 0 – Arsenal 1. Liga Profesional 2022. Video: ESPN.0 seconds of 22 secondsVolume 0%

Así, mientras Arsenal se enfocaba en controlar a Cerutti, la única carta ofensiva de SL hasta ese momento, Fernández Mercau se animó a penetrar en el área en lugar de repetir uno de sus tantos centros sin destino concreto y Navas le cometió un penal (dudoso pese a que fue chequeado por el VAR) que Ortigoza cambió por gol con su reconocida categoría para dejar desparramado al arquero y soltar la pelota hacia la red.Ortigoza lo empató de penal

El empate no sólo impulsó al Ciclón y a sus hinchas, que pasaron de insultar a los dirigentes al clásico “vamo’ vamo’ los pibes”. También sacudió y desestabilizó al equipo de Madelón, que perdió a Cerutti cuando se mudó a la izquierda. Desde esa posición de 11/9, el Pocho metió un desborde como en sus mejores tiempos y Elías aprovechó el rebote fortuito en Leguizamón para convertir el 2-1 de zurda. Arsenal quedó shockeado y se hundió aún más en un desorden colectivo y mareo individual que le permitió al local conseguir el 3-1 con una impresionante corrida, y mejor definición, de Leguizamón para desatar la fiesta en el Nuevo Gasómetro. Porque San Lorenzo volvía a ganar en su casa después de nueve partidos (la última vez fue el 3-2 ante Newell’s del 13 de diciembre) y el equipo mostraba signos de una relativa reinvención.

Liga Profesional Argentina / Fecha 03 / Temporada Regular / 14 de Junio – 15:00h. / Darío Herrera / Nuevo Gasómetro

MARTÍN BLOTTO

14/06/2022 14:55 

Actualizado al 14/06/2022 20:08

San Lorenzo está sumergido en una situación límite, en la que el mínimo golpe lo empuja aún más hacia el abismo que asoma en un horizonte cercano y una leve mejora lo entusiasma tanto que pierde el foco de la realidad y vuelve a tropezar. Una, dos y tres veces con la misma piedra, con graves desatenciones defensivas y con la esperanza de ser salvado, como tantas veces, por Torrico. Como sucedió con tremenda atajada a Suárez en el final y no había pasado en el 1-0 que regaló el arquero ni en el 2-3, en el que no protegió el primer palo. A este Ciclón devaluado ya no le alcanza ni con una ráfaga -casi utópica- de tres goles en 11 minutos para dar vuelta un resultado que parecía irremontable. Ya es el colmo. El Colmán, en este caso.Suárez puso en ventaja al Arsenal

Después de un primer tiempo clavado en un fútbol de la década del 80, época en la brilló el talentoso Gallego Insua y en la que la mayoría de los equipos esperaba ordenado en su campo para salir de contra y aprovechar la calidad individual de los volantes ofensivos y/o delanteros, San Lorenzo salió del vestuario transformado para jugar la segunda etapa, con tres cambios que le sumaron control del juego, intensidad, aceleración y contundencia al equipo: Ortigoza asumió la conducción para marcar el camino pese a que arrancó impreciso y con movimientos espesos, la presencia de Braida en la banda izquierda liberó las proyecciones de Fernández Mercau y la potencia de Leguizamón le dieron profundidad.Polémica en el área de Arsenal

Así, mientras Arsenal se enfocaba en controlar a Cerutti, la única carta ofensiva de SL hasta ese momento, Fernández Mercau se animó a penetrar en el área en lugar de repetir uno de sus tantos centros sin destino concreto y Navas le cometió un penal (dudoso pese a que fue chequeado por el VAR) que Ortigoza cambió por gol con su reconocida categoría para dejar desparramado al arquero y soltar la pelota hacia la red.Ortigoza lo empató de penal

El empate no sólo impulsó al Ciclón y a sus hinchas, que pasaron de insultar a los dirigentes al clásico “vamo’ vamo’ los pibes”. También sacudió y desestabilizó al equipo de Madelón, que perdió a Cerutti cuando se mudó a la izquierda. Desde esa posición de 11/9, el Pocho metió un desborde como en sus mejores tiempos y Elías aprovechó el rebote fortuito en Leguizamón para convertir el 2-1 de zurda. Arsenal quedó shockeado y se hundió aún más en un desorden colectivo y mareo individual que le permitió al local conseguir el 3-1 con una impresionante corrida, y mejor definición, de Leguizamón para desatar la fiesta en el Nuevo Gasómetro. Porque San Lorenzo volvía a ganar en su casa después de nueve partidos (la última vez fue el 3-2 ante Newell’s del 13 de diciembre) y el equipo mostraba signos de una relativa reinvención.Elías marcó el 2 a 1 del Ciclón

Pero esa princesa azulgrana que desfilaba al ritmo de los históricos Ortigoza y Cerutti, que la rompió pero falló dos situaciones muy claras en las narices de Medina, se convirtió en calabaza cuando ingresó el rápido y furioso Colmán en el Arse. Dos siestas consecutivas de la defensa, la floja respuesta de Torrico en el 2-3 y la precisión del delantero para definir derrumbaron el espejismo en Boedo en un minuto. Y ese baño de realidad cayó como un balde de agua fría, paradójicamente, en un club que está que arde por el presente futbolístico, la situación política y porque ya ni siquiera puede disfrutar un triunfo en casa cada tanto. Está todo Colmán.

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