“Se necesita un fuerte compromiso para remover algunos desequilibrios fiscales y monetario”, dijo Cardarelli. El italiano reconoció que el FMI ha notado en los últimos años no solo la decisión del Gobierno de implementar reformas sino también de la oposición al apoyar leyes en el Congreso. De todas maneras aclaró: “Tenemos la convicción de que las medidas que hemos discutido en estas semanas son factibles, pero también requieren de un fuerte compromiso de toda la sociedad argentina”. Werner había arrancado la presentación describiendo algo que él llamó “las tres patas” del programa: reducir el déficit fiscal, bajar la inflación y brindar apoyo a quienes viven en situación de pobreza. Luego, a continuación, Cardarelli explicó por qué el FMI piensa que la economía crecerá aún cuando en los próximos años lleve adelante un ajuste fiscal que pasará de un rojo primario de 2,7% del PBI este año a un superávit de 0,5% en 2021. Enumeró la sequía (“tendrá un efecto positivo en 2019”, dijo), la confianza de los mercados -que se restablecerá como consecuencia del stand by- y un peso más depreciado que dará un envión a las exportaciones. Todos estos factores a favor del PBI en 2019, dijo. “Hemos logrado un cuadro macroeconómico más consistente”, dijo el italiano sobre el programa y agregó que la meta de inflación de 17% para el año que viene “se puede lograr”. Werner sumó un elemento más acerca de por qué el FMI piensa que el programa de stand by no será contractivo. “El Gobierno actuó de manera muy oportuna”, dijo en referencia a que se movió rápido para acudir al Fondo y solicitar “una línea de defensa financiera”. “Le permitirá navegar por situaciones que vengan de las economías avanzadas o de la región”, dijo en relación a la volatilidad global. “Eso ayudará a que el rebote se dará más rápido que en otras situaciones. Es muy distinto a 2001”. Al final, Cardarelli señaló que el organismo es consciente del contexto social en el que se llevará adelante este ajuste fiscal en Argentina. “No es posible concebir un programa de estabilización macroeconomía sin considerar el nivel de pobreza”. Explicó que en caso de deterioro de las variables socioeconómicas, el programa mostrará flexibilidad. Pero aclaró cuál es uno de los principales riesgos que enfrente este nuevo capítulo de la historia entre el FMI y la Argentina. “Son medidas factibles y realistas”, dijo en relación a las metas que el Gobierno debe cumplir. “Pero requieren compromiso de toda la sociedad argentina”.   CLARIN