Ahora, la demanda del hombre de California, de 70 años, pasará a una segunda fase, para determinar la responsabilidad de la agroquímica.

El herbicida Roundup de Monsanto, a base de glifosato de Bayer AG, contribuyó al cáncer de Edwin Hardeman (70), dictaminó este martes un jurado en la Corte federal de San Francisco, en los Estados Unidos. Se trata de un nuevo golpe al gigante agroquímico, que ya fue duramente condenado en un caso similar el año pasado.

Según testificó bajo juramento, Edwin Hardeman fumigó con Roundup durante casi tres décadas antes de que le diagnosticaran cáncer. Utilizó el químico para controlar las malezas y el roble venenoso en sus propiedades desde 1986.

Este veredicto, que implica al famoso y controvertido producto de Monsanto (comprada el año pasado por la empresa alemana Bayer), permite que el proceso iniciado el 25 de febrero comience su segunda fase, sobre una posible responsabilidad de Monsanto. La primera fase debía decidir únicamente una “relación causal” entre el Roundup y el cáncer.

La decisión tomada por el jurado en California podría afectar a cientos de otros casos.

Edwin Hardeman, de Santa Rosa, fue la primera persona en desafiar a Monsanto en una corte federal y alegó que su exposición al Roundup -uno de los herbicidas más usados a nivel mundial- lo llevó a desarrollar un linfoma no Hodgkin (LNH), un cáncer que afecta el sistema inmunológico.

Durante la segunda fase del juicio, esta vez el jurado deberá decidir sobre las siguientes preguntas: ¿Monsanto conocía los riesgos? ¿Los escondió? Si es así, ¿cuáles son los daños que tiene que pagar?

Si bien la primera parte del juicio estuvo restringida a la discusión sobre el cáncer de Hardeman, el juez reprendió la semana pasada a la compañía argumentando: “Aunque la evidencia de que Roundup causa cáncer es bastante equívoca, hay pruebas sólidas de las que un jurado podría concluir que a Monsanto no le preocupa especialmente si su producto en realidad está causando cáncer a las personas, centrándose en cambio en manipular la opinión pública y socavando a cualquiera que presente inquietudes genuinas y legítimas sobre el tema”.

Los abogados de Hardeman presentarán evidencia en la segunda etapa que presuntamente muestra los esfuerzos de la compañía para influir en científicos, reguladores gubernamentales y el público en general sobre la seguridad de sus productos, algo que no se les permitió en la etapa inicial.

Jennifer Moore y Aimee Wagstaff, los abogados de Hardeman, dijeron que estaban listas para mostrar los ejemplos del jurado de la “mala conducta” de Monsanto en la siguiente fase del juicio. “Ahora podemos centrarnos en la evidencia de que Monsanto no ha tomado un enfoque responsable y objetivo de la seguridad de Roundup”, escribieron en un comunicado.

En un comunicado, Bayer -que compró Monsanto el año pasado- dijo que estaba decepcionado con la decisión inicial del jurado. “Confiamos en que la evidencia en la fase dos mostrará que la conducta de Monsanto ha sido apropiada y que la compañía no debería ser responsabilizada por el cáncer del señor Hardeman”, dijo la firma.

Además, la compañía argumentó que la decisión no afectaría los casos futuros, “porque cada uno tiene sus propias circunstancias fácticas y legales”.

El caso de Hardeman es el segundo que pesa sobre Monsanto y su producto estrella, y es un caso testigo para miles de otros demandantes en los Estados Unidos con reclamos similares. Sólo en los Estados Unidos Monsanto enfrenta más de 11.200 juicios similares.

Otro hombre de California, Dewayne Johnson, un ex jardinero de escuela, fue indemnizado con 289 millones de dólares en agosto después de que un jurado de un tribunal estatal determinó que Roundup causó su cáncer y la compañía actuó con malicia, lo que hizo que las acciones de la compañía se hundieran en aquella oportunidad. La suma se redujo más tarde a 78 millones de dólares y se encuentra en un proceso de apelación.

Bayer niega las acusaciones de que Roundup, o glifosato, provoque cáncer. Asegura que décadas de estudios y evaluaciones regulatorias, principalmente de datos de exposición humana en el mundo real, han demostrado que el herbicida es seguro para el uso humano.