El fiscal general de Dolores, Diego Escoda, consideró que la violencia que ejercieron quienes golpearon a la víctima refleja que “hubo un dolo homicida”. Además señaló que al momento de la detención no había signos de que estuvieran bajo los efectos del alcohol.

Se complica la situación de los rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, tanto de los dos señalados como coautores como de los 8 implicados como partícipes necesarios.

El fiscal general de Dolores, Diego Escoda, consideró esta mañana que según su análisis, “la intención de los agresores era matar a Fernando” y que eso queda en evidencia por la violencia con la que golpearon a la víctima y la forma en la que actuaron, impidiendo incluso que fuera asistido por sus amigos. Además, Escoda señaló en declaraciones a radio La Red que al momento de ser detenidos, los rugbiers no estaban alcoholizados.

El funcionario judicial también adelantó que se llevará a cabo una prueba para tratar de determinar quién aplicó el golpe mortal: “Se va a realizar una pericia scopométrica, que es el cotejo entre el dibujo de la zapatilla y una impronta que hay en el rostro de la víctima para ver si coincide con el calzado“, explicó en diálogo con TN.