Víctor Manzanares declaró como arrepentido y dio detalles reveladores para la causa de los cuadernos; desde el domingo comparte prisión con buena parte de los funcionarios que fueron detenidos por el caso.

Después de declarar como arrepentido, Víctor Manzanares, el histórico contador de los Kirchner que está preso desde julio de 2017, teme por su seguridad. Es que en la madrugada del domingo lo trasladaron desde el penal de Marcos Paz a la cárcel de Ezeiza, donde está alojada buena parte de los funcionarios presos por la causa de los cuadernos. Allí también están los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal Lopez, con los que Manzanares está procesado en las maniobras de lavado de dinero por la causa Los Sauces.

Todavía el juez Claudio Bonadio no homologó su declaración como imputado-colaborador. Ya se sabe que habló de cómo el entonces juez Norberto Oyarbide manipuló la pericia que permitió sobreseer al entonces matrimonio presidencial de Néstor y Cristina Kirchner por enriquecimiento ilícito. También se conoce que reveló que la maniobra de lavado de dinero involucra mucho más dinero de los que sospechaban los fiscales. Manzanares además relató como entregaba dinero en la casa de la mamá de Néstor Kirchner. Habló seis horas el martes pasado y once horas el jueves, hasta firmar el acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli.

Sus declaraciones no forman parte del expediente aún y están bajo reserva hasta que las vea y homologue Bonadio. Pero el propio Stornelli dijo públicamente que creía que Manzanares se había “sincerado”. Algunos datos comenzaron a trascender en los pasillos de tribunales. En la cárcel, los detenidos se enteran rápido. Por eso, la defensa de Manzanares, a cargo de Roberto Herrera y Alejandro Baldini, teme por su seguridad.

El contador de los Kirchner está preso desde el 17 de julio de 2017 por orden del juez Bonadío en la causa Los Sauces, por presuntas maniobras para eludir los embargos de la Justicia y cobrar alquileres para Cristina Kirchner y sus hijos. Desde entonces  permanecía alojado en el penal de Marcos Paz bajo el sistema IRIC, un programa implementado por el Servicio Penitenciario Federal que se hizo famoso con los presos kirchneristas.

El viernes por la mañana, apenas unas horas de finalizar su declaración ante Stornelli, el abogado Herrera se presentó ante el Tribunal Oral Federal 5, que llevará el juicio oral por Los Sauces, y pidió su trasladado a una unidad con más seguridad. Hubo discusiones porque un secretario no quería recibirle el reclamo, diciendo que no estaba al tanto de su declaración en la causa cuadernos. Tuvieron que llamar a la fiscalía de Stornelli, desde donde confirmaron la versión del defensor. Finalmente se le recibió el escrito y quedó a criterio del tribunal el pedido del traslado.

Pero, según la defensa, el traslado ocurrió en la madrugada del domingo: lo llevaron desde Marcos Paz hasta la cárcel de Ezeiza. Allí quedó alojado en el hospital penitenciario, como es de rigor, sin contacto aún con otros arrestados.

Por estas horas, Manzanares está enojado porque siente que su declaración como arrepentido, con la que pretendió colaborar, fue un retroceso en su situación carcelaria. A sus abogados les dijo que no le habían permitido llevarse gran parte de su ropa ni el pequeño ventilador que tenía en Marcos Paz. Con más de 30 grados de temperatura, protestaba porque ni siquiera lo dejaron ingresar con un agua mineral.Su defensa pedirá hoy el traslado a otra unidad: buscan que sea una sede de Gendarmería o de la Policía Federal. Es que desde el viernes por la tarde, cuando quedaron procesados una veintena de personas en la operación de lavado de dinero de Muñoz, Manzanares recibió prisión preventiva.