María Fuentes dijo que habían recibido amenazas telefónicas. Pero la Fiscalía habla de “absolutas inconsistencias”.

La vicedirectora del Centro de Educación Complementaria N° 801, donde trabaja la maestra a la que le escribieron en el abdomen con un punzón “Ollas no”, fue imputada este martes por falso testimonio.

Se trata de María Fuentes, una de las primeras colegas que habló frente a las cámaras de televisión cuando se conoció la denuncia de la maestra. Corina De Bonis aseguró haber sido golpeada, subida a un auto a la fuerza y torturada a la salida de esa institución de Moreno. Y la vicedirectora habló de amenazas previas.

“Fuentes declaró haber recibido una amenaza telefónica en la escuela. Se relevaron todas las llamadas, origen y destino, tiempo de duración y declaraciones testimoniales y se encontraron absolutas inconsistencias“, dijeron fuentes de la causa.

La mujer recibirá la notificación judicial antes del mediodía. Si la Justicia falla en su contra, la pena por falso testimonio es de 1 a 4 años. “Puede llegar a 6 años si concursa con estafa procesal.”

Eso sería así si Fuentes, a través del presunto falso testimonio, orientó la investigación en la causa hacia un objetivo diferente (lesiones y privación ilegítima de la libertad) del real (que aún se desconoce).

Entre sus declaraciones mediáticas, Fuentes había explicado el funcionamiento del centro. “La olla cobró vida porque se nos terminaron los alimentos y la comunidad fue acercando”, contó.

Además, la vicedirectora había dicho que desconoce quiénes estuvieron involucrados en el ataque, al que calificó como una “amenaza vil y cruel”.

El fiscal de instrucción de la UFI 5 de Moreno, Emiliano Buscalia, lleva adelante la investigación.

El miércoles 12 de septiembre, la docente Corina De Bonis denunció que había sido secuestrada y torturada con un elemento punzante. Sobre el abdomen le tallaron: “Ollas no”. Veinte días después, el Procurador General de la Provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, confirmó que la justicia duda de su testimonio porque su declaración no coincide con las pruebas recabadas.

“Las circunstancias son diferentes de cuando iniciamos la investigación”, dijo Conte Grand. Explicó que hubo un reajuste de datos porque las pruebas que recolectaron en los días previos no son coincidentes con el aporte que hizo la docente en sus dos declaraciones, la primera en su propio domicilio, que duró solo 15 minutos, y la segunda al inicio de esta semana -ya en la fiscalía- que duró cuatro horas.

Los puntos dudosos en el relato de la docente:

1) En su declaración la mujer dice haber sido secuestrada en un auto “viejo” de color “bordó”. Pero en el relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona no apareció un automóvil con las características del que ella mencionó.

2) Las cámaras de seguridad aportan otro dato fundamental: a la docente se la ve caminando en dos lugares diferentes en un tiempo que tampoco condice con la posibilidad de un secuestro. Es decir, Corina camina por una zona y minutos más tarde aparece en otro lugar cercano. En el medio dice haber sido secuestrada, algo que por el tiempo transcurrido no resulta claro.

3) De Bonis declaró haber sido amenazada por una voz masculina el 23 de agosto mediante una llamada al teléfono del Centro Educativo Complementario 801. La Justicia analizó los llamados de ese día y el único contacto que encontró fue de la mamá de una alumna que duró un minuto. La madre fue citada a declarar y descartaron que haya sido quien realizó la llamada intimidante.

4) Las fotos que se conocieron de la maestra luego de la denuncia del secuestro muestran su abdomen con la frase “ollas no”. Las pericias determinaron que la grafía con las que fueron hechas es incompatible a un intento de tortura. Los especialistas explicaron que tienen un trazo parejo.

Fuente: clarin.com